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El Instituto San Carlos es un centro histórico, cívico, cultural fundado por los exiliados cubanos de Cayo Hueso. Dos distinguidos líderes de la comunidad cubana de Cayo Hueso, José Dolores Poyo y Juan María Reyes propusieron crear una organización dedicada a promover los valores patrióticos y culturales cubanos. El San Carlos mayormente se mantenía con las contribuciones de los tabaqueros de Cayo Hueso quienes donaban una buena parte de sus sueldos al Instituto.
El Instituto San Carlos fue inaugurado el 11 de Noviembre del 1871 en una pequeña casa de Madera de la calle Anne, cerca del antiguo ayuntamiento de Cayo Hueso. Su nombre rinde homenaje al Seminario San Carlos, renombrado recinto académico habanero. El Padre Félix Varela, reconocido profesor, filóso, y líder humanitario enseñó en el Seminario San Carlos donde sembró en sus estudiantes las semillas de la independencia y la necesidad del estado promover valores humanísticos.
La educación y la preservación de los valores culturales cubanos eran las principales tareas del Instituto. Las clases se daban en inglés y en español a los niños de todas las razas. Por ende, el San Carlos fue una de las primeras escuelas bilingües e integradas de la nación.
En el 1884 el San Carlos se mudó a un edificio más amplio en la calle Fleming. Dos años más tarde sucumbió al gran fuego de Cayo Hueso que arrazó con buena parte de la ciudad. Fue entonces que el líder cívico Martín Herrera tomó la iniciativa de construir un nuevo edificio en un céntrico y amplio lote de la calle Duval en el 1890, donde hoy se encuentra.
Muchos fueron los patriotas de la independencia que pronunciaron sus discursos en el San Carlos. Entre ellos el apóstol de la indepencia cubana José Martí, legendario patriota y poeta quien afectuosamente llamó al San Carlos "La Casa Cuba".
Un capítulo muy importante de la historia cubana tuvo lugar en el Instituto San Carlos. Al llegar Martí a Cayo Hueso, su primera misión fue la de tratar de unir a los varios segmentos de la comunidad de exiliados. El se reunió con sus líderes individualmente y el 3 de enero del 1892 pronunció un discurso a una masiva congregación en el San Carlos donde anunció que un frente unido sería establecido para liderar la causa pro independencia de Cuba. Esto llevó al establecimiento del Partido Revolucionario Cubano el cual unía los ideales y aspiraciones de la comunidad de exiliados. El PRC planeó y organizó la Guerra de Independencia que eventualmente logró liberar a Cuba del yugo colonial español. Lea sobre la primera visita de José Martí a Cayo Hueso.
El 20 de Mayo del 1902 los exiliados de Cayo Hueso celebraron con gran júbilo en el San Carlos la independencia de Cuba. El San Carlos ya era como una relíquia para la comunidad cubana. Fue una triste ocasión cuando en el 1919 un huracán devastó al San Carlos. Pero de inmediato comenzó la tarea de reconstrucción.
Una delegación presidida por presidente del San Carlos, el Sr. José M. Renedo, llegó a la Habana y logró fondos del gobierno de la República de Cuba por $80,000 para la reconstrucción. Francisco Centurión, unos de los arquitectos mas prominentes de Cuba, diseñó el edificio de dos pisos en un estilo típico cubano de esa era: cuartos amplios, techos altos, moldes curveados, entradas arqueadas, escaleras de mármol, altos ventanales, azulejos a relieve pintados a mano y piso de mosáicos en blanco y negro. El nuevo y actual San Carlos abrió sus puertas el 10 de octubre del 1924. Fue un edificio maravilloso, apodado "La joya de Cayo Hueso".
| Sra. Benildes Remond Sánchez - fue la
directora académica del San Carlos por 25 años
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El San Carlos surgió durante los años subsecuentes. El gobierno cubano le pagaba el sueldo a una maestra que enseñaba en español, mientras que el estado de la Florida le pagaba a una maestra que enseñaba en inglés. Muchos de los graduados del San Carlos obtuvieron puestos importantes en los sectores público y privado.
Todo cambió cuando una dictadura comunista tomó el poder en Cuba en 1959. La asistencia financiera proveída por el gobierno cubano cesó y a pesar de increibles esfuerzos de algunos líderes cívicos de Cayo Hueso y la comunidad local no se pudo sostener el edificio que iba deteriorándose. En medio del posible colapso financiero, la escuela cerró sus puertas debido a fallas estructurales en el edificio. El San Carlos estuvo cerrado por casi dos decadas. Durante estos años, muchos de los documentos en el San Carlos se perdieron a causa del calor, la humedad y hasta en manos de quienes buscaban amparo en sus salones abandonados.
Cuando parte de la fachada se desplomó e hirió a un transceunte en el 1981, algunos pedian derrumbar el edificio. Otros querian restaurarlo como teatro. Algunos cubanos residentes de Cayo Hueso y Miami trataron de impedir su conversion a centro commercial pero las cortes rechazaron sus peticiones. El el 1985, ya como último esfuerzo para salvar al San Carlos, hicieron contacto con la Comisión Hispánica de la Florida, una comisión voluntaria encabezada por el abogado de Miami Rafael A. Peñalver, Jr.
El salvar al San Carlos se convirtió en una noble causa personal para Peñalver.
Dirigió los esfuerzos a través del estado logrando eliminar los planes comerciales y mantenerlo como un centro de la herencia histórica cubana. El también logro la recaudación de más de tres millones de dolares en fondos estatales y privados y dirigió como voluntario las labores de restauración.
En concurso nacional, Jorge y Margarita Khuly fueron seleccionados como los arquitectos para la restauración. Estos hicieron todo esfuerzo por restaurar al San Carlos lo más fiel a sus origenes a pesar de que algunos de los materiales originales ya no existían. Varios artesanos de Cayo Hueso trabajaron arduamente en reproducir a mano réplicas de los azulejos perdidos alrededor de la escalinata de mármol. Heriberto Borroto de Miami utilizó un proceso hidráulico de origen cubano de los primeros años del siglo pasado para reproducir los mosaicos del pasillo central.
Añadiéndole a la importancia histórica del edificio fueron dedicadas varias estatuas y pinturas de prominentes patriotas cubanos. Entre ellas la del prominente escultor Manuel Carbonell quien creó la estatua de José Martí de un bloque de mármol de Carrara en Italia. Otro destacado artista cubano, Gay García esculpió la estatua de bronze de Félix Varela en su estudio de Miami. Ambas estatuas están consideradas importantes obras de arte.
Peñalver logró obtener el respaldo del entonces gobernador Bob Graham y la legislature estatal. La obra de reconstrucción se hizo posible con más de $2.8 millones provenientes de fondos estatales y miles de dólares en donativos privados. Los principales legisladores que ayudaron en esta causa fueron los representantes Arnhilda Badia, Luis Morse, Javier Souto, Carlos Lacasa, los senadores estatales Roberto Casas, Mario Díaz-Balart, Rudy García, Alex Villalobos, Jon Mills y Tom Gustafson. La División de Recursos Históricos del Departamento de Estado también asistió en el proyecto de restauración.
Toda la restauración fue verdaderamente una obra de amor. Los fondos recaudados fueron exclusivamente utilizados para costear el edificio. Los oficiales y directores dieron su tiempo y servicios gratuitamente y personalmente costearon los gastos administrativos.
La firma de abogados Peñalver y Peñalver administraron el proyecto y todos los servicios legales pro bono. Arturo Espinola, conocido lider de las causas hispánicas de los Cayos donó su tiempo como coordinador local de la obra. La Fundación Cubano Americana asistió en obtener los fondos estatales. El tesorero del San Carlos, Feliciano Foyo se ocupó gratuitamente del mantenimiento de los libros fiscales.
Un hermoso San Carlos reabrió sus puertas el 4 de enero del 1992, exactamente cien años al día cuando José Martí pronunciara su primer discurso en el Instituto. Más de 5,000 personas asistieron a las ceremonias de apertura que duraron tres días. Para la ocasión se cerró el tráfico de la calle Duval y una orquesta sinfónica deleitó con piezas de los grandes compositores cubanos. El senador Bob Graham fue el orador principal desde la terraza del San Carlos. Desde entonces el San Carlos ha sido sede del pelegrinaje cubano en busca de sus raíces pátrias y su legado histórico. El San Carlos también presenta a través del año importantes eventos artisticos, conmemoraciones en días patrios y culturales. Miles de personas nos visitan anualmente.
El San Carlos se mantiene gracias a los donativos privados y al trabajo de voluntarios. Entre ellos tuvimos a Bill Collins, un veterano de la Guerra de Vietnam quien estuvo a cargo del edificio desde el 1992 hasta su fallecimiento en el 2003. Sin ser cubano, Bill le dedicó sus mejores años al San Carlos. De igual manera, Alejandro Pascual, retirado ejecutivo cubano, su esposa e hijos han creado el proyecto los Amigos del San Carlos y han desarrollado este sitio web a favor de nuestra noble causa. El San Carlos es una entidad no lucrativa de la Florida administrado por una junta directiva toda compuesta de voluntarios.
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